El 8 de abril nos dejó mi padre. No tengo palabras para expresar el vacío que ha dejado en nosotros. Era un hombre fuerte, trabajador, risueño y tranquilo. Siempre estuvo ahí para nosotros, no importaba el cuando ni el para qué. Escriba lo que escriba aquí no le voy a hacer justicia, porque son demasiados buenos momentos, demasiado cariño, bromas, broncas, chapuzas, bocadillos en El toro azul, viajes, obras, tebeos de Mortadelo, y kilómetros.
Espero ser algún día como él, aunque ya he heredado su gusto por el cine asiático de artes marciales cutre y por la música de Ennio Morricone.
Todos te echamos mucho de menos.
2 Comentarios
Lo siento mucho, Pedro. Ánimo y un abrazo fuerte.
ResponderEliminarMuchas gracias Sanvi, me está costando volver a la rutina... Un abrazo.
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