Estamos llegando a la recta final. No sé si les ocurre a otros autores aunque supongo sí, que llegados a este punto la mente comienza a estar saturada y ya piensas en los nuevos proyectos. Nos obsesionamos con cómo avanzar más rápido sin por ello perder calidad, revisar errores, añadir detalles y cambiar onomatopeyas. Pero por más que trabaje, avanzo a una velocidad de caracol. Lo mejor en estos casos, al menos para mí, es tomarme un pequeño respiro y poner el pause. No debería, porque hay mucho qué hacer, pero creo que es más productivo parar y tomar impulso. Sobretodo después de haber enlazado varios tebeos sin apenas haber tenido días libres.
Estamos haciendo los acabados de color de algunas páginas a la vez que rotulamos. En la editorial van a realizar algunos tests técnicos y veremos si no la hemos cagado con la tipografía, con el formato o con cualquier otra cosa. Aintzane es la que más tiempo le está dedicando a esta tarea. Ella copia y pega los textos en francés, da forma a los bocadillos y a los cartuchos de voz en off. Después yo hago un repaso general, pero está todo bastante masticado.
El tema de la rotulación nos está dando unos cuantos quebraderos de cabeza. Desde un principio pusimos todo el texto en inglés. Así que hemos contado con el espacio que generaban esos textos en los storys. Al pasar al francés, aunque Salva ha recortado algunos, casi todos han acabado más largos, por cosas del idioma. Si a eso le añadimos que hemos querido crear nuestras propias tipografías, y el deseo de querer diferenciar los diálogos de los textos en off con el uso de minúsculas, pues nos hemos encontrado con un marrón muy guapo.
Solución: hemos vuelto a la tipografía inicial, que es la que hemos
usado en nuestros últimos álbumes. Ahora toca esperar a ver qué dicen
los tests de la editorial. Crucemos los dedos.
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